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martes, 16 de abril de 2013

El efecto Mozart


La coordinación entre las manos y los estímulos visuales y auditivos son unas capacidades que debemos tener bien desarrolladas para tocar un instrumento. Hay estudios que prueban que recibir clases de música antes de los siete años ayuda a establecer fuertes conexiones entre las regiones motoras del cerebro encargadas de planificar y desarrollar movimientos. El lado izquierdo de nuestro cerebro procesa el ritmo y el tono mientras que el derecho se encarga de procesar el timbre y la melodía.


No está científicamente probado, pero hay estudios con datos muy interesantes que relacionan escuchar música clásica (no tiene que ser exclusividad de Mozart) durante el embarazo y el desarrollo de la inteligencia de tu bebé.
 
Lo que el “efecto Mozart” asegura es que esas canciones que tu bebé escuchó durante el embarazo, ahora le resultan familiares y le ayuda a relajarse y tranquilizarse. Piensa que puede ser una buena terapia para esos momentos en los que no sabes qué hacer para que tu bebé se calme…

Desde Osimusi, os deseamos paciencia y buenas prácticas. ¡Creciendo con ritmo!

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